Círculo Médico

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Como Tratar A Un Medico?

Como Tratar A Un Medico
Relación médico-paciente: un vínculo de confianza –

  • Mostrar respeto por sus pacientes: el médico ha de establecer una relación de confianza con su paciente , para lo que la sinceridad y falta de intereses personales son esenciales.
  • Tratar a sus pacientes con justicia y sin discriminación: el especialista debe dar prioridad a los pacientes en función de sus necesidades clínicas.
  • Actuar siempre con honradez, integridad, franqueza y transparencia.

¿Cómo se debe tratar a un médico?

La educación de los pacientes les permite participar más en su propio cuidado. También se alinea con la atención centrada en la familia y el paciente. Para que sea eficaz, es necesario que la educación al paciente sea algo más que instrucciones e información. El éxito de la educación al paciente depende en gran medida de qué tan bien evalúa usted su(s):

  • Necesidades
  • Preocupaciones
  • Disposición para aprender
  • Preferencias
  • Apoyo
  • Barreras y limitaciones (tales como la capacidad física y mental, así como los conocimientos y habilidades matemáticas en salud)

Con frecuencia, el primer paso es averiguar lo que el paciente ya sabe. Utilice estas pautas para hacer una evaluación exhaustiva antes de empezar con la educación del paciente:

  • Reúna pistas. Hable con otros miembros del equipo médico y observe al paciente. Tenga cuidado de hacer suposiciones. La enseñanza al paciente con base en suposiciones incorrectas probablemente no sea muy eficaz y puede llevar más tiempo. Averigüe lo que el paciente quiere saber o llevarse de la reunión.
  • Conozca al paciente. Preséntese y explique su papel en el cuidado del paciente, revise su historia clínica y haga preguntas básicas “para conocerlo”.
  • Establezca una buena relación. Mírelo a los ojos cuando sea apropiado, ayude a que el paciente se sienta cómodo con usted y preste atención a sus inquietudes. Siéntese cerca del paciente.
  • Gánese la confianza. Muestre respeto y trate a cada paciente con consideración y sin hacer juicios.
  • Determine la disposición del paciente para aprender. Averigüe acerca de las expectativas, la actitud y la motivación de su paciente.
  • Conozca la perspectiva del paciente. Averigüe sobre preocupaciones potenciales, temores y posibles conceptos erróneos del paciente. La información que reciba puede ayudar a guiar su enseñanza.
  • Formule las preguntas correctas. No solo indague si el paciente tiene preguntas; pregúntele si tiene inquietudes. Utilice preguntas abiertas que le exijan al paciente revelar más detalles. Escuche atentamente. Las respuestas del paciente le ayudarán a descubrir sus creencias básicas, le mostrarán qué las motiva y le ayudarán a planear las mejores formas de enseñarle.
  • Conozca las habilidades del paciente. Averigüe lo que el paciente ya sabe. Usted puede utilizar el método “repetir lo aprendido” (también llamado el método “demostrativo” o “cerrar el círculo”) para ver si la enseñanza previa fue eficaz o lo que el paciente puede haber aprendido de otros profesionales de la salud.

    Los educadores y los médicos necesitan ser capaces de evaluar las necesidades del paciente y comunicarse claramente. Repetir lo aprendido es una forma de confirmar que usted le ha explicado a su paciente lo que necesita saber de una manera que él entienda al pedirle que actúe como si le estuviera enseñando a usted.

    Igualmente, averigüe qué habilidades su paciente todavía necesita desarrollar.

  • Comprometa a otros. Averigüe si el paciente quiere hacer participar a otros en sus cuidados. Es posible que la persona que se ofrece voluntariamente a participar en el cuidado del paciente no sea la persona que dicho paciente prefiera incluir. Conozca más sobre el apoyo disponible para su paciente.
  • Identifique barreras y limitaciones. Usted puede percibir barreras para la educación y el paciente puede confirmarlas. Algunos factores, como el poco conocimiento y estadísticas de salud, pueden ser más sutiles y pueden ser más difíciles de reconocer.
  • Tómese el tiempo para establecer una buena relación. Haga una evaluación integral. Vale la pena, porque sus esfuerzos para educar al paciente serán más eficaces.

Bowman D, Cushing A. Ethical practice and clinical communication. In: Feather A, Randall D, Waterhouse M, eds. Kumar and Clarke’s Clinical Medicine. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 5. Bukstein DA. Patient adherence and effective communication. Ann Allergy Asthma Immunol.

2016;117(6):613-619. PMID: 27979018 pubmed. ncbi. nlm. nih. gov/27979018/. Gilligan T, Coyle N, Frankel RM, et al. Patient-clinician communication: American Society Of Clinical Oncology consensus guideline. J Clin Oncol.

2017;35(31):3618-3632. PMID: 28892432 pubmed. ncbi. nlm. nih. gov/28892432/. Versión en inglés revisada por: David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine, Seattle, WA.

¿Qué preguntas se le puede hacer a un médico?

¿Cómo reconocer a un buen médico?

¿Como debe ser la actitud de un médico?

Todo buen profesional de la salud debería velar siempre por el bienestar de sus pacientes y tener presente una serie de valores y principios éticos que le ayuden a mejorar la atención y salud de las personas que acuden a ellos. Entre los preceptos que deben tomarse en cuenta durante la práctica médica, se destacan los siguientes:

  • Los médicos siempre deben preocuparse por el cuidado de la salud de sus pacientes.
  • Siempre debe buscar la colaboración con sus pacientes y respetar su derecho a la intimidad y dignidad.
  • El profesional de la salud debe desarrollar una actitud compasiva y siempre procurar el bienestar de sus pacientes.
  • El médico debe mostrar respeto por sus pacientes y tratarlos con justicia y sin discriminación.
  • Todo médico debe actuar con honradez , integridad , franqueza y transparencia.
  • El médico debe ser competente en todas las áreas del ejercicio que desarrolle.
  • Debe mantenerse actualizado y participar en actividades formativas que le ayuden a desarrollar sus habilidades.
  • El médico siempre debe informar a sus pacientes todo lo relacionado a su estado de salud actual, así ambas partes podrán tomar la mejor decisión sobre el tratamiento.
  • El médico debe aprender a trabajar en equipo con el objetivo de mejorar la atención al paciente.
  • El médico siempre debe actuar de forma inmediata si a su juicio, cree que el paciente se encuentra en riesgo, por lo que está obligado a ofrecer su ayuda en caso de emergencia.

¿Y tú aplicas diariamente estos conceptos en tu práctica profesional?.

¿Cómo se llama cuando el paciente se enamora de su médico?

Baby Alive comilona vai ao médico!

Síndrome de Clerambault: Enamoramiento patológico – Descrito por el psiquiatra francés Gaëtan Gatian de Clérambault, el síndrome de Clerambault o erotomanía es un trastorno delirante poco frecuente donde el paciente cree firmemente que otra persona está apasionadamente enamorada de él o ella.

¿Qué puedo hacer si mi médico te trata mal?

Si en una consulta médica te sientes desatendido o consideras que el trato no ha sido adecuado , debes poner una queja en el mismo centro de salud. Reclamar en estos casos sirve para defender el resto de derechos sanitarios y, de paso, conseguir que el funcionamiento de los servicios de salud sea el apropiado.

Aunque la sanidad es una competencia transferida a las comunidades autónomas, casi todas ellas funcionan de forma similar. Tal y como se explica en este artículo, al poder presentar tu queja, hay que rellenar una hoja de reclamaciones en el centro de salud, que se trasladará a la gerencia de Atención Primaria; si no es atendida, se podrá reclamar ante los servicios de Atención al Paciente de la comunidad en cuestión.

Lo habitual cuando se está enfermo es acudir al médico de familia en el centro de salud correspondiente. Y también lo normal es que te atiendan con amabilidad y valoren la dolencia con profesionalidad. Sin embargo, a veces no sucede así. Si tienes una mala experiencia en el centro sanitario puedes reclamar , como explicamos a continuación.

  • Guía para reclamar a la Administración Pública

¿Qué es lo que no debe hacer un doctor?

¿Cómo pedir una cita médica por mensaje?

Hola ? Espero que estéis bien. Hoy vamos a aprender cómo hay que pedir una cita médica. Escucha  el audio  aquí: Paciente: ¡Buenos días! Recepcionista: Buenos días. ¿En qué podemos ayudarle? Paciente: ¿Puede por favor indicarme dónde queda el consultorio del Dr.

  1. Montero? Recepcionista: Se encuentra en el piso 1, consultorio 6;
  2. Paciente: Gracias;
  3. [SUBE AL PISO Y ES ATENDIDO POR LA SECRETARIA DEL DOCTOR] Secretaria: Buenos días;
  4. Paciente: ¡ Buenos días! Por favor, señorita ¿puede darme cita lo más pronto posible? Secretaria: Por supuesto, lo más pronto que puedo darle una cita es para mañana a las 9 de la mañana;

Paciente: Está bien. Secretaria: Para confirmar su cita, ¿puede darme sus datos para llenar la ficha médica y suministrarme su tarjeta de seguro médico? Paciente: Sí Secretaria: ¿ Nombre completo y teléfono? Paciente: Mi nombre es Martín Casas, número telefónico 345-677-890.

Secretaria: Vale. Por favor tome asiento. Voy a verificar la información con su seguro médico y le avisaré. Paciente: Muchas gracias. Secretaria: Señor Casas, ya ha sido confirmado su seguro médico, todo está en orden.

Paciente: Me alegro. Secretaria: Puede pasar mañana a la hora pautada, le agradecemos si  está aquí  15 minutos antes. Paciente: Está bien, así será. Muchas gracias. [LLEGA EL DÍA DE LA CITA CON EL MÉDICO] Secretaria: Buenos días. Paciente: Buenos días. ¿Me recuerda? Estuve ayer aquí.

  • Secretaria: Sí señor Casas;
  • Puede pasar, el doctor le está esperando;
  • Paciente: Buenos días, Dr;
  • Montero;
  • Doctor: Buenos días,  ¿en qué puedo ayudarle? Paciente: Me encuentro con mucho malestar general, erupciones en la piel bastantes serias, ya tengo un par de días así;

Doctor:   ¿Y ha tenido fiebre? Paciente: Sí, he presentado temperatura de 40°. Doctor: Le indicaré este tratamiento médico a base de antibióticos y crema corporal. Paciente: Gracias Doctor: Espero verlo en dos semanas para una nueva evaluación. Paciente: Gracias Solicitar una cita médica Paciente: ¡Buenos días! Recepcionista: Buenos días.

¿En qué podemos ayudarle? Paciente: ¿Puede por favor indicarme dónde queda el consultorio del Dr. Montero? Recepcionista: Se encuentra en el piso 1, consultorio 6. Paciente: Gracias. [SUBE AL PISO Y ES ATENDIDO POR LA SECRETARIA DEL DOCTOR] Secretaria: Buenos días.

Paciente: ¡ Buenos días! Por favor, señorita ¿puede darme cita lo más pronto posible? Secretaria: Por supuesto, lo más pronto que puedo darle una cita es para mañana a las 9 de la mañana. Paciente: Está bien. Secretaria: Para confirmar su cita, ¿puede darme sus datos para llenar la ficha médica y suministrarme su tarjeta de seguro médico? Paciente: Sí Secretaria: ¿ Nombre completo y teléfono? Paciente: Mi nombre es Martín Casas, número telefónico 345-677-890 Secretaria: Vale.

  1. Por favor tome asiento;
  2. Voy a verificar la información con su seguro médico y le avisaré;
  3. Paciente: Muchas gracias;
  4. Secretaria: Señor Casas, ya ha sido confirmado su seguro médico, todo está en orden;
  5. Paciente: Me alegro;

Secretaria: Puede pasar mañana a la hora pautada, le agradecemos si  está aquí  15 minutos antes. Paciente: Está bien, así será. Muchas gracias. [LLEGA EL DÍA DE LA CITA CON EL MÉDICO] Secretaria: Buenos días. Paciente: Buenos días. ¿Me recuerda? Estuve ayer aquí.

  • Secretaria: Sí señor Casas;
  • Puede pasar, el doctor le está esperando;
  • Paciente: Buenos días, Dr;
  • Montero;
  • Doctor: Buenos días,  ¿en qué puedo ayudarle? Paciente: Me encuentro con mucho malestar general, erupciones en la piel bastantes serias, ya tengo un par de días así;

Doctor:   ¿Y ha tenido fiebre? Paciente: Sí, he presentado temperatura de 40°. Doctor: Le indicaré este tratamiento médico a base de antibióticos y crema corporal. Paciente: Gracias Doctor: Espero verlo en dos semanas para una nueva evaluación. Paciente: Gracias.

¿Cómo se le hace una entrevista a un doctor?

¿Cuáles son los valores de un médico?

La formación en ética y valores en las facultades de medicina Training in ethics and values in medical schools Emilio José Sanz Catedrático de Farmacología Clínica. Decano de la Facultad de Medicina. Universidad de La Laguna E-mail: ejsanz@gmail. com La labor de las facultades de medicina en la formación de los futuros profesionales no puede referirse exclusivamente a la transmisión de conocimientos teóricos y habilidades prácticas, sino que además debe ir dirigida a la formación integral de las personas que luego ejercerán la medicina.

  • Es necesario que tras la formación universitaria un médico sepa medicina, sepa ejercer la medicina y que sea un profesional médico (a lo largo del documento me referiré a los profesionales médicos utilizando la forma neutra del sustantivo médico, por lo que me aludiré, en todos los casos, indistintamente a los médicos y las médicas);

Esta orientación ha estado poco presente en el currículo objetivo de los planes de estudios anteriores a la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), aunque constituyese, a través del buen y el mal ejemplo, una parte del currículo oculto.

En los nuevos planes de grado se han incorporado algunas materias (aunque en formato y duración limitadas) que dedican créditos a la promoción de valores y a la enseñanza de la ética profesional. Sin embargo, antes de comprobar si estos nuevos desarrollos curriculares son adecuados es necesario reflexionar sobre cuáles son esos valores y cómo debe ser el médico del futuro.

Para ello me referiré a la monografía El médico del futuro [1], publicada por la Fundación Educación Médica. En esa monografía se identifican valores esenciales que deben compartir todos los profesionales y que deberían ser objeto del desarrollo de las competencias educativas de los estudiantes de medicina.

Se pretende formar a un médico: – Que trate enfermos, no enfermedades. – Con actitud crítica. – Comunicador y empático. – Responsable individual y socialmente. – Que tome buenas decisiones para el paciente y para el sistema.

– Líder del equipo asistencial. – Competente, efectivo y seguro. – Honrado y confiable. – Comprometido con el paciente y la organización. – Que viva los valores del profesionalismo. Es evidente que este tipo de competencias, morales, éticas y personales, no pueden fácilmente enseñarse mediante clases magistrales o evaluarse mediante exámenes de respuesta múltiple.

  • Exigen un cambio de paradigma educativo, para el que estamos pobremente preparados;
  • En este sentido, los propios estudiantes de medicina han tomado la delantera;
  • En la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas , preparada por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM, www;

ceem. org. es ), especifican con rigor, claridad y sencillez las cualidades, las actitudes, el comportamiento y la relación con los pacientes que debe mostrar todo estudiante. La lectura cuidadosa de la guía debe orientar la acción dirigida a la educación en ética y valores en las facultades de medicina.

Al final de ese documento, los estudiantes acaban recordando: ‘El alumno deberá integrar la ética como parte activa y sobresaliente de su formación para obtener una cultura de responsabilidad, respeto y honestidad’, y concluyen diciendo: ‘Nadie podrá llamarse buen médico sin antes haber demostrado que es un médico bueno’.

Los párrafos anteriores nos orientan hacia el objetivo docente de esta tarea irrenunciable de las facultades de medicina, pero la pregunta que surge es: ¿se pueden enseñar valores en una enseñanza reglada o este tipo de formación sólo se puede obtener por imitación viendo los modelos en las prácticas clínicas? Realmente existen evidencias de que el modelo actual no asegura la formación en valores y ética.

Aunque el refrán sostiene que fray ejemplo es el mejor predicador, asistimos a una presencia muy frecuente de comportamientos poco ejemplares: medicina defensiva, reacciones burn-out , conflictos de intereses profesionales, etc.

De hecho, en varios estudios realizados en otros países se constata una pérdida de valores en el estudiante conforme pasa más tiempo en la facultad y en la residencia de posgrado. Por otra parte, hay evidencias publicadas desde hace años de que la incorporación de sistemas de formación sobre ética médica en los currículos, tanto en forma de clases magistrales como de discusión de casos, aumenta el nivel del razonamiento moral de los estudiantes [2].

En la literatura anglosajona hay un cuerpo importante de doctrina que evalúa el progreso moral de los estudiantes de medicina (y otras profesiones sanitarias), y donde se ha comprobado la posible existencia de ‘currículos ocultos’ en la estructura de la educación médica que inhibe, más que facilita, el desarrollo del progreso moral de los estudiantes.

Algunos de estos primeros estudios de campo sugirieron que existe una tendencia negativa en el progreso ético durante la carrera de medicina, con una decreciente sensibilidad moral y una involución de la capacidad para el razonamiento moral [3]. Para ello se han utilizado escalas que miden los estadios de desarrollo moral de Kohlberg ( Moral Judgment Interview ), distinguiendo entre la ‘moralidad preconvencional’ (basada en las consecuencias fácticas de nuestras acciones), la ‘moralidad convencional’ (donde predomina el hecho de atenerse a las normas morales y legales) y la ‘moralidad posconvencional’ (en la que las virtudes y principios éticos universales o particulares son asumidos como propios).

Estudios similares se han venido publicado desde entonces en varios países. En 2011 Hren et al [4] mostraron en una facultad de medicina croata cómo los estudiantes experimentaron un retroceso desde un estadio posconvencional a uno convencional tras pasar a la parte clínica de sus estudios, comparando además con un grupo control de la misma edad que no tenía estudios universitarios.

Y mantienen una relación causal entre este retroceso moral y la docencia clínica, en la que pueden influir la organización jerárquica de los servicios clínicos, la naturaleza de los dilemas morales a los que se enfrentan los alumnos y el currículo oculto que subyace en las prácticas.

Otros estudios sugieren que muchos estudiantes de medicina, que deberían estar en esa transición, muestran muy pocos cambios en su desarrollo moral. Posiblemente esto está relacionado con la percepción de las presiones para adaptarse a la ‘cultura informal’ de los servicios médicos.

Muchos estudiantes perciben una ‘disidencia’ interna considerable al intentar acomodar los valores personales relacionados con la empatía, el cuidado y la compasión en sus prácticas clínicas [5]. La bibliografía es abundante. Self y Baldwin observan una disminución de la capacidad para el razonamiento moral entre el primero y el último curso de Medicina [6] y también una detención, durante la carrera, del desarrollo moral esperado para la edad y el nivel educacional de los estudiantes [7].

Este tipo de hallazgos han sido refrendados por más autores, que también sugieren una disminución de la conducta moral a lo largo de la carrera de medicina, de forma que los estudiantes de los últimos años son más tolerantes con las faltas de ética que los estudiantes menos avanzados [8], o la percepción de una ‘erosión ética’; un 62% de los estudiantes analizados por Feudtner et al [9] reconoce que sus principios morales han resultado erosionados o perdidos durante la carrera.

Hicks et al [10] analizaron qué tipo de dilemas éticos se presentan a los estudiantes de medicina. En su trabajo reconocen que hasta un 47% se sintió presionado para actuar incorrectamente y un 62% observó a su instructor actuar incorrectamente. Por ejemplo, en situaciones en las que se plantea un conflicto entre la enseñanza y la atención al paciente (exámenes médicos sin consentimiento, prácticas invasivas con el solo fin de enseñar/practicar, visitas innecesarias, falta de confidencialidad, etc.

), la asignación de responsabilidades que los estudiantes no podían llevar a cabo (control prenatal sin supervisión, curaciones no supervisadas, etc. ) o una atención médica subestándar (falta de consentimiento, curaciones sin los medios apropiados, falta de tratamiento del dolor, etc.

De hecho, los estudiantes reconocieron que muchas veces los hechos observados contradecían el discurso explícito. Y es que, como reflexiona Coles (de la Universidad de Harvard) [11], habitualmente proponemos el razonamiento complejo, la reflexión independiente, pero luego les hacemos exámenes de respuesta múltiple en donde se premia la retención de información en crudo, en donde los detalles más abstrusos son los que más probabilidades tienen de ser preguntados.

  1. Predicamos el trabajo en equipo, pero premiamos la competencia entre estudiantes;
  2. Otras veces los estudiantes ven en su escuela y en sus profesores individualismo; autoritarismo; competencia feroz por el dinero, el prestigio, las posiciones de poder; mecanicismo; eficientismo; evitación del riesgo legal; complacencia o intercambios de favores con la industria farmacéutica y electromédica;

Los anteriores trabajos sustentan la idea de que la mera transmisión por ósmosis o por la experiencia clínica de los mentores no parece ser la forma más adecuada de trasmitir esos valores que hemos identificado como sustanciales. De hecho, los estudiantes (y los profesionales, de una forma más profunda, pero quizá menos consciente) se encuentran ante expectativas y mensajes contradictorios a la confrontación entre la moralidad ‘expresada’ y la moralidad ‘presentada’ ( Tabla ). Tras este repaso a las evidencias publicadas, parece necesario proponer una forma estructurada y bien organizada para trasladar un currículo explícito a los estudiantes de medicina. Se puede afirmar que las facultades de medicina tienen una responsabilidad en la formación en valores, ética y profesionalismo que no pueden obviar. Es una responsabilidad cualificada si queremos formar médicos competentes y buenos. La Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero, ‘Por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico’, implanta un módulo II que debe contener aspectos de ‘Medicina social, habilidades de comunicación e iniciación a la investigación’ y donde se especifica que deben contemplarse contenidos para ‘Conocer los fundamentos de la ética médica.

Bioética. Resolver conflictos éticos. Aplicar los valores profesionales de excelencia, altruismo, sentido del deber, responsabilidad, integridad y honestidad al ejercicio de la profesión. Reconocer la necesidad de mantener la competencia profesional.

Saber abordar la práctica profesional respetando la autonomía del paciente, sus creencias y cultura’. Esta directriz se ha plasmado en una gran variedad de nuevas asignaturas en los diferentes nuevos programas de grado, en las que, al menos formalmente, se han integrado estos conocimientos.

Sin embargo, este módulo está generalmente minusvalorado y se presentan frecuentemente quejas sistemáticas por los créditos dedicados a ética, comunicación, sociología/antropología, profesionalismo, etc.

Por otra parte, estos pocos créditos suelen estar confinados en los primeros cursos de la carrera y alejados de las prácticas clínicas. Muchos profesores de las facultades siguen insistiendo en que estas competencias ‘no se deben enseñar en una asignatura’, muchas veces con la no tan secreta intención de utilizar esos créditos para aumentar los dedicados a su propia materia.

Y de alguna manera la pregunta es pertinente: ¿se puede enseñar ética médica y valores morales y profesionales en clase? ¿Se deben centrar estas materias en la explicación de teorías éticas actualmente vigentes o se deben limitar a la enseñanza de las leyes y normas (códigos, declaraciones, etc.

) pertinentes? ¿Se trata, acaso, de enseñar técnicas de resolución de conflictos? Algunas personas podrían valorar que la enseñanza y la formación en valores pueden estar más cerca del adoctrinamiento. ¿Cómo separar la formación en valores de la formación en los aspectos legales de la medicina, el repaso del código deontológico o la iniciación al corpus de la bioética? Al final el objetivo no debe ser memorizar más datos y comprender las repercusiones legales de la actuación médica (para lo que suelen mantenerse los contenidos clásicos de la medicina legal).

Se trata, en definitiva, de enseñar a pensar. Y eso no se puede trasmitir (sólo) por ‘lecciones magistrales’, requiere la participación activa del estudiante. La bioética debe abordarse desde los fundamentos y las principales teorías éticas, resaltando los procedimientos para la toma de decisiones, haciendo hincapié en los valores clásicos de la medicina (muy bien recogidos, por cierto, en la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas del CEEM) y entrenando la asunción personal de criterios morales, a ser posible en un estadio posconvencional de la clasificación de Kohlberg.

Y la evaluación debería realizarse respetando los criterios personales de los alumnos, pero exigiendo la coherencia y la profundidad en el análisis. Es difícil implementar un programa de calidad adecuada en las facultades de medicina por las dificultades ya mencionadas, pero las experiencias de éxito han supuesto siempre una mayor implicación del alumno en el desarrollo de este tipo de docencia.

La dificultad de su localización en los primeros cursos de la carrera se puede ver compensada por la mejor disposición de esos alumnos, y un idealismo todavía no mediatizado por el medio en el que se van a desenvolver.

La utilización de portafolios, páginas wiki, trabajos de los alumnos, películas relacionadas con aspectos de la bioética, etc. , hacen que la predisposición de los alumnos sea mucho mejor, y el aprovechamiento, excelente. Se requiere, en definitiva, asegurar una actitud activa del estudiante de pregrado, una actitud reflexiva del propio alumno.

Una dificultad añadida es encontrar docentes adecuados para esta materia. Frecuentemente se han hecho cargo de esta enseñanza profesores de medicina legal o historia de la medicina. Sin embargo, ésta debería ser un área trasversal en la que cupieran todos los docentes de la facultad, y en especial los que tienen una labor clínica.

Afortunadamente, cada vez es más frecuente contar con profesionales formados en este ámbito en alguno de los múltiples programas de posgrado que existen sobre bioética y materias afines. Las áreas de conocimiento asignadas a esta docencia no deberían ser restrictivas, sino abiertas, y, en muchas ocasiones, adaptadas a personas con formación e interés para ello.

Son programas, además, en los que es posible y muy conveniente contar con otros profesionales, no necesariamente profesores contratados por la universidad, pero que pueden colaborar puntualmente en estas materias.

Se trata de encontrar a las personas idóneas. Un programa longitudinal de ética debería procurar generar sensibilidad y habilidades morales, expandir el horizonte intelectual de los estudiantes, inculcar conocimientos y categorías éticas, enseñar procedimientos para la toma de decisiones morales, mostrar la ética clínica en contexto y en tiempo real y promover una visión crítica de la medicina actual.

Si bien la situación actual es confusa y nos encontramos en la fase inicial de la implantación de estas enseñanzas, también se trata de un momento de oportunidades. Tras un análisis de la situación real de la enseñanza de la bioética y los valores en las facultades de medicina, se puede intentar coordinar programas y generar materiales educativos comunes.

En cualquier caso, cualquier actividad docente en esta área será mejor que la dejación mayoritaria que se ha venido observando hasta los (pen)últimos planes de estudio. Otras posibles tablas, tomadas de la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas del CEEM, son las siguientes: – De las cualidades que debe presentar un estudiante de medicina: • Amor a la profesión.

  1. • Respeto;
  2. • Empatía;
  3. • Humildad;
  4. • Responsabilidad;
  5. • Prudencia;
  6. • Calidez;
  7. • Profesionalidad;
  8. • Capacidad comunicativa;
  9. • Ser ejemplar;
  10. – De las actitudes de los estudiantes en sus prácticas clínicas: • Participación activa en todas las actividades relacionadas con el proceso de formación, con exigencia y sentido de la responsabilidad;

• Desarrollo personal. • Respetar a los profesores, médicos y a otros profesionales sanitarios que colaboran en el proceso de entrenamiento clínico. • Identificar situaciones que implican algún conflicto ético durante las prácticas clínicas. • Cultivar la sensibilidad ética personal, sin dejarse influir por un entorno desfavorable.

  1. • Colaborar con los compañeros estudiantes de medicina, tanto en lo relativo a la actualización de conocimientos como en lo relacionado con la ética personal;
  2. • No discriminar a ningún paciente;
  3. • Actitud si el estudiante padece una enfermedad transmisible;

– Del comportamiento del estudiante en las prácticas clínicas: • Puntualidad. • Identificación. • Respeto de las normas generales y específicas de cada servicio. • El estudiante debe asumir el comportamiento correcto que se espera del personal sanitario en sus relaciones con los enfermos.

  • • El estudiante debe saber escuchar y ser respetuoso en su trato con el paciente, sus familiares y los miembros del equipo asistencial;
  • • Debe tratar de manera respetuosa a todo el personal del hospital;

• Uso responsable de los recursos. – De la relación (del estudiante) con el paciente en sus prácticas clínicas: • Ha de quedar siempre claro que la participación de los pacientes en las actividades docentes es voluntaria. • Se debe obtener un consentimiento explícito verbal de los pacientes antes de realizarles una historia clínica, una exploración física o un procedimiento terapéutico sencillo.

  1. • Hay que reflexionar y valorar si es oportuna o no una exploración, buscando siempre el beneficio del paciente;
  2. • El estudiante debe aprender a respetar el derecho de los pacientes a tomar decisiones sobre su tratamiento;

• No hay que coaccionar ni presionar a ningún paciente con el fin de lograr algún beneficio propio. • Se ha de respetar la intimidad del paciente durante las actividades docentes. • El derecho a la confidencialidad. • El alumno no está autorizado a informar a los familiares o amigos de los pacientes acerca de lo que sabe sobre éste.

  • • Sólo se puede acceder a la historia clínica de la institución sanitaria por razones asistenciales, docentes o de investigación;
  • Bibliografía 1;
  • Gual A, Pardell H, coords;
  • El médico del futuro;
  • Barcelona: Fundación Educación Médica; 2009;

Self DJ, Wolinsky FD, Baldwin DC Jr. The effect of teaching medical ethics on medical students’ moral reasoning. Acad Med 1989; 64: 755-9. Patenaude J, Niyonsenga T, Fafard D. Changes in students’ moral development during medical school: a cohort study. CMAJ 2003; 168: 840-4.

  • Hren D, Marusic M, Marusic A;
  • Regression of moral reasoning during medical education: combined design study to evaluate the effect of clinical study years;
  • PLoS One 2011; 6: e17406;
  • Branch WT Jr;
  • Supporting the moral development of medical students;

J Gen Intern Med 2000; 15: 503-8. Self DJ, Schrader DE, Baldwin DC Jr, Wolinsky FD. The moral development of medical students: a pilot study of the possible influence of medical education. Med Educ 1993; 27: 26-34. Self DJ, Baldwin DC Jr. Does medical education inhibit the development of moral reasoning in medical students? A cross-sectional study.

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Acad Med 1994; 69: 670-9. 10. Hicks LK, Lin Y, Robertson DW, Robinson DL, Woodrow SI. Understanding the clinical dilemmas that shape medical students’ ethical development: questionnaire survey and focus group study. BMJ 2001; 322: 709-10. 11. Coles R. The moral education of medical students.

¿Cómo es la vida de un médico?

Son Gentiles y tienen buen trato – Lo que separa un buen doctor de un muy buen doctor es su gentileza para tratar a los pacientes. Los médicos deben de ser afables, saber escuchar y ser empáticos a las preocupaciones de sus pacientes. Ellos no pueden ser condescendientes o arrogantes. Como Tratar A Un Medico.

¿Cuál es el sueldo de un doctor?

Tasa salarial Año Mes Quincena Semana Día Hora ¿Cuánto gana un Doctor en México? El salario doctor promedio en México es de $ 120,960 al año o $ 62. 03 por hora. Los cargos de nivel inicial comienzan con un ingreso de $ 72,000 al año, mientras que profesionales más experimentados perciben hasta $ 216,000 al año. Como Tratar A Un Medico.

¿Qué es la actitud médica?

En el arte de la Medicina, la actitud clínica incluye confidencialidad, consentimiento, respeto por los derechos del paciente, que en último término son formas de relación humana. En la actitud clínica, ocurre un permanente proceso de decisiones.

¿Qué es ser un buen médico?

Ser un buen médico es una responsabilidad y un deber; es sentirse comprometido con el paciente, es entregarle lo mejor de las capacidades, conocimientos y valores. Ser un buen médico significa construir país y futuro, aportar para fortalecer las bondades del sistema y trabajar para mejorar y corregir sus deficiencias.

¿Como debería actuar el profesional médico por qué?

La medicina goza de muy buen prestigio y es muy demandada en todo el mundo; sin embargo, no todos médico sabe como actuar correctamente. De acuerdo con la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos para la Salud ( CIFRHS ), en 2016, alrededor de 63 mil aspirantes realizaron el Examen Nacional   para Aspirantes a Residencias Médicas ( ENARM ), de los cuales sólo pudieron conseguir un lugar 7 mil 240 personas.

  • Un buen médico debe ser responsable , competente y actualizar constantemente sus conocimientos y habilidades. Además, debe establecer una excelente comunicación con sus colegas.
  • Un profesional de la salud trabaja en equipo con sus pacientes y respeta sus derechos a la intimidad y dignidad.
  • Sabe que cada paciente es un ser único y hace lo posible para ofrecerle una buena atención.
  • Un buen médico desarrolla una actitud compasiva durante el cuidado de sus pacientes. Procura su bienestar y lo acompaña a lo largo de todo el proceso del tratamiento.
  • Demuestra su sinceridad al exponer su ámbito de competencia, su experiencia y sus aptitudes.
  • No da a conocer sus creencias religiosas, convicciones políticas o morales con el objetivo de influir en sus pacientes.
  • Protege la información de sus pacientes respetando el marco legal y ético que la profesión establece.
  • Es honrado y sincero con sus pacientes cuando ocurren complicaciones, errores o accidentes que pongan en peligro sus vidas.

¿Cuáles son los valores de un médico?

La formación en ética y valores en las facultades de medicina Training in ethics and values in medical schools Emilio José Sanz Catedrático de Farmacología Clínica. Decano de la Facultad de Medicina. Universidad de La Laguna E-mail: ejsanz@gmail. com La labor de las facultades de medicina en la formación de los futuros profesionales no puede referirse exclusivamente a la transmisión de conocimientos teóricos y habilidades prácticas, sino que además debe ir dirigida a la formación integral de las personas que luego ejercerán la medicina.

Es necesario que tras la formación universitaria un médico sepa medicina, sepa ejercer la medicina y que sea un profesional médico (a lo largo del documento me referiré a los profesionales médicos utilizando la forma neutra del sustantivo médico, por lo que me aludiré, en todos los casos, indistintamente a los médicos y las médicas).

Esta orientación ha estado poco presente en el currículo objetivo de los planes de estudios anteriores a la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), aunque constituyese, a través del buen y el mal ejemplo, una parte del currículo oculto.

En los nuevos planes de grado se han incorporado algunas materias (aunque en formato y duración limitadas) que dedican créditos a la promoción de valores y a la enseñanza de la ética profesional. Sin embargo, antes de comprobar si estos nuevos desarrollos curriculares son adecuados es necesario reflexionar sobre cuáles son esos valores y cómo debe ser el médico del futuro.

Para ello me referiré a la monografía El médico del futuro [1], publicada por la Fundación Educación Médica. En esa monografía se identifican valores esenciales que deben compartir todos los profesionales y que deberían ser objeto del desarrollo de las competencias educativas de los estudiantes de medicina.

Se pretende formar a un médico: – Que trate enfermos, no enfermedades. – Con actitud crítica. – Comunicador y empático. – Responsable individual y socialmente. – Que tome buenas decisiones para el paciente y para el sistema.

– Líder del equipo asistencial. – Competente, efectivo y seguro. – Honrado y confiable. – Comprometido con el paciente y la organización. – Que viva los valores del profesionalismo. Es evidente que este tipo de competencias, morales, éticas y personales, no pueden fácilmente enseñarse mediante clases magistrales o evaluarse mediante exámenes de respuesta múltiple.

  1. Exigen un cambio de paradigma educativo, para el que estamos pobremente preparados;
  2. En este sentido, los propios estudiantes de medicina han tomado la delantera;
  3. En la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas , preparada por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM, www;

ceem. org. es ), especifican con rigor, claridad y sencillez las cualidades, las actitudes, el comportamiento y la relación con los pacientes que debe mostrar todo estudiante. La lectura cuidadosa de la guía debe orientar la acción dirigida a la educación en ética y valores en las facultades de medicina.

  • Al final de ese documento, los estudiantes acaban recordando: ‘El alumno deberá integrar la ética como parte activa y sobresaliente de su formación para obtener una cultura de responsabilidad, respeto y honestidad’, y concluyen diciendo: ‘Nadie podrá llamarse buen médico sin antes haber demostrado que es un médico bueno’;

Los párrafos anteriores nos orientan hacia el objetivo docente de esta tarea irrenunciable de las facultades de medicina, pero la pregunta que surge es: ¿se pueden enseñar valores en una enseñanza reglada o este tipo de formación sólo se puede obtener por imitación viendo los modelos en las prácticas clínicas? Realmente existen evidencias de que el modelo actual no asegura la formación en valores y ética.

  1. Aunque el refrán sostiene que fray ejemplo es el mejor predicador, asistimos a una presencia muy frecuente de comportamientos poco ejemplares: medicina defensiva, reacciones burn-out , conflictos de intereses profesionales, etc;

De hecho, en varios estudios realizados en otros países se constata una pérdida de valores en el estudiante conforme pasa más tiempo en la facultad y en la residencia de posgrado. Por otra parte, hay evidencias publicadas desde hace años de que la incorporación de sistemas de formación sobre ética médica en los currículos, tanto en forma de clases magistrales como de discusión de casos, aumenta el nivel del razonamiento moral de los estudiantes [2].

  1. En la literatura anglosajona hay un cuerpo importante de doctrina que evalúa el progreso moral de los estudiantes de medicina (y otras profesiones sanitarias), y donde se ha comprobado la posible existencia de ‘currículos ocultos’ en la estructura de la educación médica que inhibe, más que facilita, el desarrollo del progreso moral de los estudiantes;

Algunos de estos primeros estudios de campo sugirieron que existe una tendencia negativa en el progreso ético durante la carrera de medicina, con una decreciente sensibilidad moral y una involución de la capacidad para el razonamiento moral [3]. Para ello se han utilizado escalas que miden los estadios de desarrollo moral de Kohlberg ( Moral Judgment Interview ), distinguiendo entre la ‘moralidad preconvencional’ (basada en las consecuencias fácticas de nuestras acciones), la ‘moralidad convencional’ (donde predomina el hecho de atenerse a las normas morales y legales) y la ‘moralidad posconvencional’ (en la que las virtudes y principios éticos universales o particulares son asumidos como propios).

  1. Estudios similares se han venido publicado desde entonces en varios países;
  2. En 2011 Hren et al [4] mostraron en una facultad de medicina croata cómo los estudiantes experimentaron un retroceso desde un estadio posconvencional a uno convencional tras pasar a la parte clínica de sus estudios, comparando además con un grupo control de la misma edad que no tenía estudios universitarios;

Y mantienen una relación causal entre este retroceso moral y la docencia clínica, en la que pueden influir la organización jerárquica de los servicios clínicos, la naturaleza de los dilemas morales a los que se enfrentan los alumnos y el currículo oculto que subyace en las prácticas.

Otros estudios sugieren que muchos estudiantes de medicina, que deberían estar en esa transición, muestran muy pocos cambios en su desarrollo moral. Posiblemente esto está relacionado con la percepción de las presiones para adaptarse a la ‘cultura informal’ de los servicios médicos.

Muchos estudiantes perciben una ‘disidencia’ interna considerable al intentar acomodar los valores personales relacionados con la empatía, el cuidado y la compasión en sus prácticas clínicas [5]. La bibliografía es abundante. Self y Baldwin observan una disminución de la capacidad para el razonamiento moral entre el primero y el último curso de Medicina [6] y también una detención, durante la carrera, del desarrollo moral esperado para la edad y el nivel educacional de los estudiantes [7].

  1. Este tipo de hallazgos han sido refrendados por más autores, que también sugieren una disminución de la conducta moral a lo largo de la carrera de medicina, de forma que los estudiantes de los últimos años son más tolerantes con las faltas de ética que los estudiantes menos avanzados [8], o la percepción de una ‘erosión ética’; un 62% de los estudiantes analizados por Feudtner et al [9] reconoce que sus principios morales han resultado erosionados o perdidos durante la carrera;

Hicks et al [10] analizaron qué tipo de dilemas éticos se presentan a los estudiantes de medicina. En su trabajo reconocen que hasta un 47% se sintió presionado para actuar incorrectamente y un 62% observó a su instructor actuar incorrectamente. Por ejemplo, en situaciones en las que se plantea un conflicto entre la enseñanza y la atención al paciente (exámenes médicos sin consentimiento, prácticas invasivas con el solo fin de enseñar/practicar, visitas innecesarias, falta de confidencialidad, etc.

), la asignación de responsabilidades que los estudiantes no podían llevar a cabo (control prenatal sin supervisión, curaciones no supervisadas, etc. ) o una atención médica subestándar (falta de consentimiento, curaciones sin los medios apropiados, falta de tratamiento del dolor, etc.

De hecho, los estudiantes reconocieron que muchas veces los hechos observados contradecían el discurso explícito. Y es que, como reflexiona Coles (de la Universidad de Harvard) [11], habitualmente proponemos el razonamiento complejo, la reflexión independiente, pero luego les hacemos exámenes de respuesta múltiple en donde se premia la retención de información en crudo, en donde los detalles más abstrusos son los que más probabilidades tienen de ser preguntados.

  • Predicamos el trabajo en equipo, pero premiamos la competencia entre estudiantes;
  • Otras veces los estudiantes ven en su escuela y en sus profesores individualismo; autoritarismo; competencia feroz por el dinero, el prestigio, las posiciones de poder; mecanicismo; eficientismo; evitación del riesgo legal; complacencia o intercambios de favores con la industria farmacéutica y electromédica;

Los anteriores trabajos sustentan la idea de que la mera transmisión por ósmosis o por la experiencia clínica de los mentores no parece ser la forma más adecuada de trasmitir esos valores que hemos identificado como sustanciales. De hecho, los estudiantes (y los profesionales, de una forma más profunda, pero quizá menos consciente) se encuentran ante expectativas y mensajes contradictorios a la confrontación entre la moralidad ‘expresada’ y la moralidad ‘presentada’ ( Tabla ). Tras este repaso a las evidencias publicadas, parece necesario proponer una forma estructurada y bien organizada para trasladar un currículo explícito a los estudiantes de medicina. Se puede afirmar que las facultades de medicina tienen una responsabilidad en la formación en valores, ética y profesionalismo que no pueden obviar. Es una responsabilidad cualificada si queremos formar médicos competentes y buenos. La Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero, ‘Por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico’, implanta un módulo II que debe contener aspectos de ‘Medicina social, habilidades de comunicación e iniciación a la investigación’ y donde se especifica que deben contemplarse contenidos para ‘Conocer los fundamentos de la ética médica.

Bioética. Resolver conflictos éticos. Aplicar los valores profesionales de excelencia, altruismo, sentido del deber, responsabilidad, integridad y honestidad al ejercicio de la profesión. Reconocer la necesidad de mantener la competencia profesional.

Saber abordar la práctica profesional respetando la autonomía del paciente, sus creencias y cultura’. Esta directriz se ha plasmado en una gran variedad de nuevas asignaturas en los diferentes nuevos programas de grado, en las que, al menos formalmente, se han integrado estos conocimientos.

Sin embargo, este módulo está generalmente minusvalorado y se presentan frecuentemente quejas sistemáticas por los créditos dedicados a ética, comunicación, sociología/antropología, profesionalismo, etc.

Por otra parte, estos pocos créditos suelen estar confinados en los primeros cursos de la carrera y alejados de las prácticas clínicas. Muchos profesores de las facultades siguen insistiendo en que estas competencias ‘no se deben enseñar en una asignatura’, muchas veces con la no tan secreta intención de utilizar esos créditos para aumentar los dedicados a su propia materia.

  1. Y de alguna manera la pregunta es pertinente: ¿se puede enseñar ética médica y valores morales y profesionales en clase? ¿Se deben centrar estas materias en la explicación de teorías éticas actualmente vigentes o se deben limitar a la enseñanza de las leyes y normas (códigos, declaraciones, etc;

) pertinentes? ¿Se trata, acaso, de enseñar técnicas de resolución de conflictos? Algunas personas podrían valorar que la enseñanza y la formación en valores pueden estar más cerca del adoctrinamiento. ¿Cómo separar la formación en valores de la formación en los aspectos legales de la medicina, el repaso del código deontológico o la iniciación al corpus de la bioética? Al final el objetivo no debe ser memorizar más datos y comprender las repercusiones legales de la actuación médica (para lo que suelen mantenerse los contenidos clásicos de la medicina legal).

Se trata, en definitiva, de enseñar a pensar. Y eso no se puede trasmitir (sólo) por ‘lecciones magistrales’, requiere la participación activa del estudiante. La bioética debe abordarse desde los fundamentos y las principales teorías éticas, resaltando los procedimientos para la toma de decisiones, haciendo hincapié en los valores clásicos de la medicina (muy bien recogidos, por cierto, en la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas del CEEM) y entrenando la asunción personal de criterios morales, a ser posible en un estadio posconvencional de la clasificación de Kohlberg.

Y la evaluación debería realizarse respetando los criterios personales de los alumnos, pero exigiendo la coherencia y la profundidad en el análisis. Es difícil implementar un programa de calidad adecuada en las facultades de medicina por las dificultades ya mencionadas, pero las experiencias de éxito han supuesto siempre una mayor implicación del alumno en el desarrollo de este tipo de docencia.

La dificultad de su localización en los primeros cursos de la carrera se puede ver compensada por la mejor disposición de esos alumnos, y un idealismo todavía no mediatizado por el medio en el que se van a desenvolver.

La utilización de portafolios, páginas wiki, trabajos de los alumnos, películas relacionadas con aspectos de la bioética, etc. , hacen que la predisposición de los alumnos sea mucho mejor, y el aprovechamiento, excelente. Se requiere, en definitiva, asegurar una actitud activa del estudiante de pregrado, una actitud reflexiva del propio alumno.

  1. Una dificultad añadida es encontrar docentes adecuados para esta materia;
  2. Frecuentemente se han hecho cargo de esta enseñanza profesores de medicina legal o historia de la medicina;
  3. Sin embargo, ésta debería ser un área trasversal en la que cupieran todos los docentes de la facultad, y en especial los que tienen una labor clínica;

Afortunadamente, cada vez es más frecuente contar con profesionales formados en este ámbito en alguno de los múltiples programas de posgrado que existen sobre bioética y materias afines. Las áreas de conocimiento asignadas a esta docencia no deberían ser restrictivas, sino abiertas, y, en muchas ocasiones, adaptadas a personas con formación e interés para ello.

Son programas, además, en los que es posible y muy conveniente contar con otros profesionales, no necesariamente profesores contratados por la universidad, pero que pueden colaborar puntualmente en estas materias.

Se trata de encontrar a las personas idóneas. Un programa longitudinal de ética debería procurar generar sensibilidad y habilidades morales, expandir el horizonte intelectual de los estudiantes, inculcar conocimientos y categorías éticas, enseñar procedimientos para la toma de decisiones morales, mostrar la ética clínica en contexto y en tiempo real y promover una visión crítica de la medicina actual.

Si bien la situación actual es confusa y nos encontramos en la fase inicial de la implantación de estas enseñanzas, también se trata de un momento de oportunidades. Tras un análisis de la situación real de la enseñanza de la bioética y los valores en las facultades de medicina, se puede intentar coordinar programas y generar materiales educativos comunes.

En cualquier caso, cualquier actividad docente en esta área será mejor que la dejación mayoritaria que se ha venido observando hasta los (pen)últimos planes de estudio. Otras posibles tablas, tomadas de la Guía de recomendaciones éticas para las prácticas clínicas del CEEM, son las siguientes: – De las cualidades que debe presentar un estudiante de medicina: • Amor a la profesión.

• Respeto. • Empatía. • Humildad. • Responsabilidad. • Prudencia. • Calidez. • Profesionalidad. • Capacidad comunicativa. • Ser ejemplar. – De las actitudes de los estudiantes en sus prácticas clínicas: • Participación activa en todas las actividades relacionadas con el proceso de formación, con exigencia y sentido de la responsabilidad.

• Desarrollo personal. • Respetar a los profesores, médicos y a otros profesionales sanitarios que colaboran en el proceso de entrenamiento clínico. • Identificar situaciones que implican algún conflicto ético durante las prácticas clínicas. • Cultivar la sensibilidad ética personal, sin dejarse influir por un entorno desfavorable.

  • • Colaborar con los compañeros estudiantes de medicina, tanto en lo relativo a la actualización de conocimientos como en lo relacionado con la ética personal;
  • • No discriminar a ningún paciente;
  • • Actitud si el estudiante padece una enfermedad transmisible;

– Del comportamiento del estudiante en las prácticas clínicas: • Puntualidad. • Identificación. • Respeto de las normas generales y específicas de cada servicio. • El estudiante debe asumir el comportamiento correcto que se espera del personal sanitario en sus relaciones con los enfermos.

  • • El estudiante debe saber escuchar y ser respetuoso en su trato con el paciente, sus familiares y los miembros del equipo asistencial;
  • • Debe tratar de manera respetuosa a todo el personal del hospital;

• Uso responsable de los recursos. – De la relación (del estudiante) con el paciente en sus prácticas clínicas: • Ha de quedar siempre claro que la participación de los pacientes en las actividades docentes es voluntaria. • Se debe obtener un consentimiento explícito verbal de los pacientes antes de realizarles una historia clínica, una exploración física o un procedimiento terapéutico sencillo.

• Hay que reflexionar y valorar si es oportuna o no una exploración, buscando siempre el beneficio del paciente. • El estudiante debe aprender a respetar el derecho de los pacientes a tomar decisiones sobre su tratamiento.

• No hay que coaccionar ni presionar a ningún paciente con el fin de lograr algún beneficio propio. • Se ha de respetar la intimidad del paciente durante las actividades docentes. • El derecho a la confidencialidad. • El alumno no está autorizado a informar a los familiares o amigos de los pacientes acerca de lo que sabe sobre éste.

  1. • Sólo se puede acceder a la historia clínica de la institución sanitaria por razones asistenciales, docentes o de investigación;
  2. Bibliografía 1;
  3. Gual A, Pardell H, coords;
  4. El médico del futuro;
  5. Barcelona: Fundación Educación Médica; 2009;

Self DJ, Wolinsky FD, Baldwin DC Jr. The effect of teaching medical ethics on medical students’ moral reasoning. Acad Med 1989; 64: 755-9. Patenaude J, Niyonsenga T, Fafard D. Changes in students’ moral development during medical school: a cohort study. CMAJ 2003; 168: 840-4.

  • Hren D, Marusic M, Marusic A;
  • Regression of moral reasoning during medical education: combined design study to evaluate the effect of clinical study years;
  • PLoS One 2011; 6: e17406;
  • Branch WT Jr;
  • Supporting the moral development of medical students;

J Gen Intern Med 2000; 15: 503-8. Self DJ, Schrader DE, Baldwin DC Jr, Wolinsky FD. The moral development of medical students: a pilot study of the possible influence of medical education. Med Educ 1993; 27: 26-34. Self DJ, Baldwin DC Jr. Does medical education inhibit the development of moral reasoning in medical students? A cross-sectional study.

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Acad Med 1994; 69: 670-9. 10. Hicks LK, Lin Y, Robertson DW, Robinson DL, Woodrow SI. Understanding the clinical dilemmas that shape medical students’ ethical development: questionnaire survey and focus group study. BMJ 2001; 322: 709-10. 11. Coles R. The moral education of medical students.

¿Qué es lo que no debe hacer un doctor?

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