Hepatitis C – El VHC es un virus ARN que se transmite a través del contacto sangre a sangre. Históricamente, la mayoría de los pacientes con este virus se infectaron a través de transfusiones de sangre. Ahora que los suministros de sangre se evalúan para detectar el VHC, la causa más común de nuevos casos es el uso de drogas intravenosas.
Si bien la transmisión sexual del virus puede ocurrir, es muy raro ya que el virus no se transmite en el semen o la saliva. Dado que el virus puede existir en el cuerpo por un largo tiempo, muchas personas infectadas con el VHC desconocen cómo lo contrajeron.
Sólo un pequeño rastro de sangre puede causar una infección. A temperatura ambiente, se cree que el virus puede sobrevivir fuera del cuerpo en parches de sangre seca en las superficies durante varias semanas 9. Se ha informado que la hepatitis C se ha encontrado en otros fluidos corporales, por ejemplo, fluido vaginal y semen.
- Sin embargo, el riesgo es mayor si los fluidos están contaminados con sangre, por ejemplo como en el sexo duro donde la sangre podría estar presente 10;
- Para evitar transmitir el virus a otra persona, es vital que se tomen precauciones para garantizar que nadie esté en riesgo por contacto con sangre infectada;
1 de cada 5 personas infectadas con hepatitis C naturalmente eliminarán el virus. Para el 80% restante, es posible que puedan eliminarlo mediante el tratamiento 11. De cualquier forma, es posible liberarse del virus, pero los anticuerpos no proporcionarán inmunidad a futuras transmisiones.
- Los síntomas de la hepatitis C pueden aparecer dentro de 1-6 meses (conocido como el período de incubación) y pueden incluir: náuseas, cansancio extremo, problemas para concentrarse (niebla cerebral), coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos, orina oscura, heces pálidas, sensación general de “malestar”, malestar en el área del hígado;
En la mayoría de los casos, no causa síntomas visibles hasta que el hígado se ha dañado significativamente. Cuando los síntomas ocurren, a menudo son vagos y pueden confundirse fácilmente con otra afección 12. El virus de la hepatitis C se diagnostica a partir de un análisis de sangre específico, generalmente después de un resultado anormal de la prueba de función hepática (LFT), y/o del paciente que presenta síntomas y factores de riesgo.
- No hay vacuna para el VHC;
- Si el virus persiste después de seis meses, se realizarán más análisis de sangre para establecer la carga viral y el genotipo;
- No existe un tratamiento específico para eliminar el VHC agudo del cuerpo, ni existe un tratamiento que evite su persistencia, pero mantenerse hidratado y aliviar el dolor aliviará algunos de los síntomas;
El alcohol y el fumar deben evitarse. El tratamiento para el VHC crónico tiene como objetivo lograr una respuesta virológica sostenida (RVS), lo que significa que el virus es indetectable después de seis meses desde la finalización del tratamiento. Un hepatólogo (especialista en hígado) o un gastroenterólogo aconsejará sobre el tratamiento actual.
Si el tratamiento no es efectivo o si el tratamiento no ha sido una opción, se puede requerir un trasplante. El pronóstico puede ser muy bueno, pero debe recordarse que el hígado nuevo también puede resultar dañado por el VHC persistente 13.
Los cambios en el estilo de vida deben ser realizados por cualquier persona que padezca VHC crónica, por lo que se debe seguir una dieta sana y equilibrada. El consumo de alcohol y el tabaquismo deben evitarse por completo ya que estos factores aumentarán el riesgo y la velocidad de desarrollo de la cirrosis.
¿Qué especialista ve el hígado y páncreas?
Un gastroenterólogo es un médico con capacitación y experiencia dedicadas en el manejo de enfermedades del tracto gastrointestinal y el hígado. ¿Qué es la gastroenterología? La gastroenterología es el estudio de la función normal y las enfermedades del esófago, estómago, intestino delgado, colon y recto, páncreas, vesícula biliar, conductos biliares e hígado.
- Implica una comprensión detallada de la acción normal (fisiología) de los órganos gastrointestinales, lo que incluye el movimiento del material a través del estómago y del intestino (motilidad), la digestión y absorción de nutrientes en el cuerpo, la eliminación de residuos procedentes del sistema y la función del hígado como órgano digestivo;
Incluye trastornos comunes e importantes como los pólipos del colon y el cáncer, la hepatitis, el reflujo gastroesofágico (acidez estomacal), úlcera péptica, colitis, enfermedades de la vesícula biliar y del tracto biliar, problemas nutricionales, Síndrome de Intestino Irritable (SII) y pancreatitis.
¿Cómo saber si tienes problemas en el hígado?
¿Qué examen se hace para detectar problemas en el hígado?
Biopsia del hígado – La biopsia del hígado es la única prueba que puede confirmar un diagnóstico de EHNA y mostrar claramente la gravedad de la enfermedad. La biopsia del hígado puede mostrar fibrosis en etapas más tempranas que la elastografía. Sin embargo, los médicos no recomiendan una biopsia del hígado para todas las personas con sospecha de enfermedad del hígado graso no alcohólica.
El médico podría recomendar una biopsia del hígado si es más probable que el paciente tenga esteatohepatitis no alcohólica con fibrosis avanzada o si sus otras pruebas muestran señales de enfermedad hepática avanzada o cirrosis.
En algunos casos, los médicos podrían recomendar una biopsia del hígado para descartar otras enfermedades hepáticas. Durante una biopsia del hígado, el médico extraerá pequeñas muestras de tejido del hígado. Un patólogo examinará el tejido bajo el microscopio en busca de señales de lesión o enfermedad. Durante una biopsia del hígado, el médico extraerá una muestra de tejido del hígado. Un patólogo examinará el tejido bajo el microscopio..
¿Qué es un médico hepatólogo?
¿Qué enfermedades atiende el hepatólogo? La hepatología es una rama de la gastroenterología que se encarga del hígado y sus enfermedades. Las enfermedades más frecuentes son:
- Alteraciones en las pruebas de sangre que miden la función del hígado.
- Hepatitis aguda y crónica; virales (A,B,C), autoinmunes, alcohol.
- Hígado graso.
- Tumores hepáticos.
- Cirrosis, ascitis, varices esofágicas.
¿Cuándo debes acudir con el hepatólogo? Cuando presentes alguna de las siguientes alteraciones debes buscar un hepatólogo para evaluar adecuadamente tu hígado:
- Alteración en pruebas del hígado en sangre o anormalidad en el ultrasonido del hígado.
- Ictericia o coloración amarillenta en ojos.
- Seguimiento de cirrosis e hipertensión portal (ascitis, várices esofágicas, encefalopatía hepática).
- Consumo crónico de alcohol.
- Antecedente de síndrome metabólico; diagnóstico y seguimiento de hígado graso.
¿Cuándo es urgente acudir con el hepatólogo? Complicaciones asociadas a cirrosis:
- Ascitis o presencia de agua en el abdomen asociada a dolor y fiebre.
- Encefalopatía (desorientación, alteración en el estado de alerta).
- Ictericia o pigmentación amarillenta de inicio súbito asociada a dolor y fiebre.
¿Qué partes del cuerpo ve un gastroenterólogo?
¿Qué enfermedades atiende un médico gastroenterólogo? – El gastroenterólogo atiende las enfermedades relacionadas al hígado, páncreas, intestino delgado, intestino grueso, estómago, esófago, colon y recto. Por ejemplo, algunas de las enfermedades que frecuentemente atienden los gastroenterólogos son: • Reflujo.
¿Qué enfermedades ve el gastroenterólogo?
¿Qué enfermedades atiende el gastroenterólogo? La gastroenterología es la especialidad médica que se encarga de las enfermedades del aparato digestivo; esófago, estómago, páncreas, hígado, intestino delgado, intestino grueso, colon y recto. Las enfermedades más frecuentes son:
- Diarrea aguda y crónica
- Constipación
- Síndrome de intestino irritable (colitis)
- Reflujo
- Gastritis
- Pancreatitis
- Diverticulitis
¿Cuándo debes acudir con el gastroenterólogo? Evacuaciones líquidas con moco, sangre, fiebre, vómito, deshidratación o que persistan por más de una semana. Algunos síntomas que indican que hay que acudir con el gastroenterólogo son:
- Dolor abominal
- “Agruras” o ardor
- Náusea
- Inflamación o distensión
- Flatulencias
- Dificultad o dolor para evacuar
- Dificultad para deglutir
¿Cuándo es urgente acudir con el gastroenterólogo?
- Diarrea importante que causa mareo, presión baja o disminución de la cantidad de orina.
- Pérdida de peso en poco tiempo asociada a dolor abdominal o falta de apetito.
- Dolor abdominal intenso asociado a náusea, vómito o fiebre.
- Cualquier síntoma abdominal que persiste por más de 12 semanas a pesar de tratamiento o cuidado en casa.
¿Qué pasa cuando el hígado está inflamado?
¿Qué es el hígado agrandado? – El agrandamiento el hígado o hepatomegalia se da por una inflamación que hace al órgano más grande de lo normal, y es síntoma de diversas enfermedades hepáticas. Así, tener el hígado agrandado es signo de enfermedad, e irá normalmente acompañado de otros síntomas.
¿Qué pasa cuando tienes el hígado inflamado?
Hígado inflamado: Síntomas – El hígado es un órgano vital necesario para poder vivir. Tiene un tamaño similar a un balón de fútbol y se encuentra situado en el lado derecho del abdomen bajo la caja torácica. El hígado es esencial para digerir los alimentos y eliminar sustancias tóxicas del organismo. Cuando el hígado se inflama, se produce una hepatitis y la función del hígado no se realiza correctamente, mandando una serie de señales que hace sospechar un mal funcionamiento hepático que puede derivar en una cirrosis hepática. Los principales síntomas pueden ser:
- Náuseas, mareo y vómitos
- Dolor abdominal intenso
- Ictericia, color amarillento de la piel y ojos debido al aumento de la bilirrubina en la sangre
- Picor intenso en la piel
- Cansancio y fatiga
- Riesgo de sangrado y facilidad para tener hematomas
- Estreñimiento
- Color oscuro de la orina
- Mal olor corporal y halitosis (mal aliento)
- Reflujo gástrico
- Aumento de irritabilidad y nerviosismo
- Periodos de desorientación, en los casos más avanzados
Causas del hígado inflamado Hay diferentes causas que pueden provocar una hepatomegalia como, por ejemplo:
- Infecciones virales como hepatitis A, B, C, D y E
- Hepatitis autoinmune
- Alimentación deficiente con aumento en el consumo de grasas y escasez de verduras y frutas
- Presencia de tumores en el hígado
- Insuficiencias cardiacas
- Anomalía en la vías biliares
- Cirrosis hepática
- Obesidad y sobrepeso
- Consumo de sustancias tóxicas como el alcohol
- Intoxicaciones medicamentosas
- Herencia genética
- Trombosis de la vena porta
- Mononucleosis infecciosa
¿Cómo desintoxicar un hígado inflamado? Como ya hemos comentado, el hígado cumple la función de depurar el organismo eliminando todas las sustancias nocivas, depura la sangre y produce bilis para poder descomponer la grasa ingerida, metaboliza las proteínas e hidratos de carbono y almacena diferentes nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y azúcares. Por lo tanto, es fundamental ayudar a que el hígado vuelva a estar sano evitando consumir todas aquellas sustancias que contribuyen a acumular tóxicos como son las bebidas alcohólicas, café, tabaco, drogas o aditivos alimentarios. La dieta cumple un papel importante en la recuperación hepática, por lo que se debe evitar el consumo de carnes rojas, sustancias estimulantes que contengan cafeína, alimentos ricos en azúcares como la bollería industrial, las llamadas comidas basura, etc. Alimentos que ayudan a depurar el hígado Existen una serie de alimentos que pueden ayudar a que nuestro hígado recupere su buen funcionamiento y potencien los mecanismos de depuración.
- Ajo: posee propiedades que ayudan a regular y mejorar el funcionamiento del hígado. Tiene propiedades antiinflamatorias y, por su alto contenido en alicina, ayuda a la limpieza del hígado.
- Manzana: por su elevado contenido en fibra y vitamina C que actúa como antioxidante y protege a las células de los daños externos.
- Brócoli: tiene grandes propiedades nutritivas y ayuda a neutralizar elementos nocivos que afectan al funcionamiento del hígado. Es rico en vitamina A y previene el envejecimiento de las células.
- Limón: rico en vitamina C. Un zumo de limón posee una gran cantidad de antioxidantes que reducen la inflamación, eliminan los radicales libres y mejoran la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa. Además, contiene flavonoides, carotenoides y otros compuestos bioactivos que combaten el daño oxidativo y protege el hígado.
- Aguacate: gran fuente de grasas saludables que ayudan a depurar sustancias nocivas e innecesarias y protegen al hígado.
¿Qué es lo que más afecta al hígado?
¿Qué es la enfermedad del hígado graso por alcohol? – Como su nombre lo indica, la enfermedad del hígado graso por alcohol se debe al alto consumo de alcohol. Su hígado descompone la mayor parte del alcohol que bebe para que sea eliminado del cuerpo, pero el proceso de descomposición puede generar sustancias dañinas.
Estas sustancias pueden dañar las células del hígado, provocar inflamación y debilitar las defensas naturales del cuerpo. Cuanto más alcohol usted bebe, más daña su hígado. La enfermedad del hígado graso por alcohol es la etapa más temprana de la enfermedad del hígado por el alcohol (o hepatopatía alcohólica).
Las siguientes etapas son la hepatitis alcohólica y la cirrosis.
¿Cómo se cura el hígado dañado?
¿Dónde duele el hígado graso?
Síntomas – La NAFLD generalmente no causa signos ni síntomas. Cuando lo hace, pueden incluir:
- Fatiga
- Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen
Entre los signos y síntomas posibles de NASH y cicatrización avanzada (cirrosis) se incluyen los siguientes:
- Hinchazón abdominal (ascitis)
- Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel
- Bazo agrandado
- Palmas rojas
- Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia)
¿Por qué se daña el hígado?
Factores de riesgo – Los factores de riesgo incluyen el consumo excesivo de alcohol, ciertos medicamentos recetados, colesterol alto, diabetes tipo 2 y obesidad. Tener la enfermedad de Wilson puede provocar otras enfermedades del hígado.
¿Qué diferencia hay entre un gastroenterólogo y un hepatólogo?
Para quienes alguna vez se han preguntado: ¿qué especialidad médica trata las enfermedades del hígado? Aquí la respuesta – Los especialistas que estudiamos, diagnosticamos y tratamos las enfermedades del hígado, nos llamamos hepatólogos. La hepatología es básicamente una subespecialidad de la gastroenterología.
Sin embargo; no todos los gastroenterólogos la tienen. ¿Y qué males atendemos? Evidentemente todas las enfermedades de las vías biliares y del páncreas. Por ejemplo: – Cirrosis – Hepatitis A, B y C – Trasplante hepático – Enfermedad de Wilson – Esteatosis, mejor conocido como hígado graso – Cáncer hepático Esta rama de la medicina ha tenido un desarrollo muy importante en las últimas dos décadas.
Los nuevos tratamientos e innovaciones tecnológicas, nos han permitido tener un mejor pronóstico de éstos y otros padecimientos hepáticos. Una evaluación a tiempo puede hacer la diferencia. No dejes en manos de inexpertos tu salud, confía en los que sí sabemos..
¿Cuándo ir a un Hepatologo?
En las últimas semanas de la pandemia por el coronavirus (el virus llamado SARS-CoV-2 y su enfermedad COVID-19) la población ha recibido recomendaciones de posponer los controles médicos de rutina e incluso las cirugías no urgentes. Estas medidas están destinadas a proteger la salud, ya que con ellas reducimos el contacto con pacientes potencialmente infectados y disminuimos “la carga” al sistema de salud en tiempos donde todos sus recursos deben desviarse a la lucha de dicha infección viral.
- Pero nada es bueno en exceso: si bien esta estrategia a corto plazo es beneficiosa, la demora en la consulta en algunas enfermedades podría ocasionar un retraso en su diagnóstico y tratamiento, perjudicando su pronóstico y su futuro;
Situaciones en las que se aconseja consultar sin demoras: Toda enfermedad hepática severa de presentación aguda debe tener una evaluación urgente por un especialista. Requieren de una consulta sin demoras la presencia de uno o más de los siguientes síntomas:
- El inicio reciente de dolor abdominal de intensidad moderada a severa que requiera de más de una toma de analgésicos, más aún si se acompaña de náuseas y/o vómitos o pérdida de peso.
- La coloración amarillenta de la piel (ictericia) acompañada de orina oscura.
- La picazón (prurito) de cualquier parte del cuerpo sin evidencias de enfermedades de la piel; cuando su causa es secundaria a enfermedades hepáticas la picazón suele predominar por la noche, afectando particularmente las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- El agrandamiento marcado del diámetro del abdomen , que puede ser secundario a la retención de líquido (ascitis).
- La presencia de vómitos de contenido sanguíneo (hematemesis) o eliminación de materia fecal negra (melena).
- La presencia de alteraciones notorias en el hepatograma o la alteración de la coagulación sanguínea (descenso del porcentaje de actividad de la protrombina o el incremento del INR) y/o el descenso de los valores de la albúmina sanguínea.
Cuidados para el paciente con cirrosis hepática Los individuos con cirrosis tienen un riesgo elevado de desarrollar un tumor hepático maligno llamado hepatocarcinoma, por lo que se aconseja realizar una ecografía hepática cada 6 meses para su detección precoz (cuando tienen un tamaño menor) y así poder brindar un tratamiento curativo. Demorar la realización de la ecografía hepática no es ideal, ya que resulta en una menor probabilidad de curación si se descubre un tumor. Durante esta epidemia recomendamos que los pacientes con diagnóstico de cirrosis se realicen la ecografía hepática con un intervalo semestral.
En el Hospital Privado de Rosario contamos con un sistema de turnos espaciados y normas estrictas de control de temperatura corporal y cuestionario al entrar al hospital, adicionalmente a las medidas de distanciamiento y protección durante la permanencia en el centro de salud.
Para aquellos pacientes que no puedan trasladarse a nuestro centro, recomendamos la realización de este estudio por un profesional idóneo en su centro de salud cercano. Cuidados para el paciente en lista de espera y luego del trasplante hepático Si bien la enfermedad COVID-19 es nueva, ya existen datos disponibles que demuestran que los individuos con enfermedades hepáticas crónicas avanzadas, aquellos en lista de espera para trasplante hepático o aquellos pacientes trasplantados se encuentran dentro de los grupos de mayor riesgo.
En ellos la infección puede tener mayor severidad y mortalidad. Por este motivo, tanto el paciente como su familia deben cumplir con el distanciamiento social estricto y reducir al máximo las visitas al sistema de salud innecesarias.
La Unidad de Hígado del HPR ha incorporado un esquema de entrevistas por video llamadas para limitar al máximo las visitas presenciales. Las mismas se reservan para estudios o procedimientos impostergables. Esta comunicación cercana es la clave para detectar aquellas situaciones urgentes que ameritan una visita o internación.
- En el caso de aquellos pacientes que residen en otra provincia, estamos coordinando telefónicamente su atención junto con su equipo médico local;
- Tratamiento de enfermedades hepáticas específicas en la era COVID-19 En la situación epidemiológica de hoy en Rosario no se justifica impedir el inicio de tratamiento de aquellas enfermedades hepáticas severas en las cuales la demora del mismo podría resultar perjudicial para el paciente;
Son ejemplos la hepatitis autoinmune y su tratamiento con corticoides o la cirugía para un tumor hepático maligno (hepatocarcinoma o colangiocarcinoma) o benigno sintomático (adenoma). Otro procedimiento que no podemos demorar es la realización de un trasplante hepático, única terapia definitiva para aquellas enfermedades hepáticas agudas o crónicas severas e irreversibles.
Esto es debido a que la función hepática no puede reemplazarse mediante soporte artificial como ocurre con la diálisis en presencia de insuficiencia renal. Es importante remarcar también que aquellos individuos bajo tratamiento oncológico por tumores hepáticos malignos, en tratamiento con corticoides por hepatitis autoinmune, en tratamiento con antivirales por hepatitis B o hepatitis C y los trasplantados hepáticos bajo terapia para evitar el rechazo (tratamiento inmunosupresor) no deben reducir la dosis ni suspender dichas terapias por “miedo” o como “prevención” de la infección por SARS-CoV-2.
Sólo el hepatólogo y ante situaciones como la presencia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) actuará de acuerdo con la severidad y manifestaciones de dicha infección reduciendo o suspendiendo la terapia si así se requiriese. El desafío actual de la comunidad médica es lograr un nuevo equilibrio entre la menor exposición al sistema de salud posible y el diagnóstico precoz de enfermedades severas que ameritan un tratamiento urgente.
La Unidad de Hígado del Hospital Privado de Rosario se encuentra trabajando activamente en forma habitual para resolver toda patología que no pueda esperar. Pedir un turno Enviar CV Consultas y sugerencias Alentamos su participación a través de los comentarios en nuestro blog.
De todos modos, no podemos brindar una opinión médica de un caso en particular, sin una consulta personal con un profesional que analice al paciente. Si usted tiene preguntas relacionadas con síntomas específicos, le recomendamos solicitar un turno con un especialista ..
¿Qué fruta es buena para limpiar el hígado?
Frutas para limpiar el hígado: pomelo – El pomelo está compuesto por enzimas que estimulan el hígado y favorecen su desintoxicación. Como ocurre con las manzanas, es rico en ácido málico y carotenoides antioxidantes, sustancias que lo sitúan en una de las frutas más efectivas para limpiar este órgano de nuestro cuerpo tan importante. Imagen: fotodes. com.
¿Cómo se llama el especialista que trata el páncreas?
¿Cómo tratan los profesionales de atención médica la pancreatitis? – El tratamiento para la pancreatitis aguda o la pancreatitis crónica puede incluir:
- una hospitalización para tratar la deshidratación con líquidos intravenosos (IV) y, si el paciente puede tragarlos, líquidos por la boca
- analgésicos y antibióticos por vía oral o por vía intravenosa si el paciente tiene una infección en el páncreas
- una dieta baja en grasa o nutrición con alimentación por sonda o IV si el paciente no puede comer
El médico puede referir al paciente a un gastroenterólogo o cirujano para que reciba uno de los siguientes tratamientos, dependiendo del tipo de pancreatitis que tenga.
¿Cómo se llama el examen para ver el páncreas?
La prueba de amilasa en la sangre o la orina se usa principalmente para diagnosticar problemas con el páncreas, incluyendo pancreatitis, una inflamación del páncreas.
¿Cómo saber si tienes problemas en el páncreas?
¿Qué parte duele el páncreas?
Pancreatitis aguda – La pancreatitis aguda suele comenzar con un dolor que:
- comienza lentamente o de repente en la parte superior del abdomen
- a veces se extiende a la espalda
- puede ser leve o fuerte
- puede durar varios días
Otros síntomas pueden incluir:
- fiebre
- náuseas y vómito
- latido rápido del corazón
- inflamación o sensibilidad en el abdomen
Por lo general, las personas con pancreatitis aguda se ven y se sienten gravemente enfermas y necesitan consultar con el médico de inmediato. El síntoma principal de la pancreatitis es el dolor en la parte superior del abdomen que puede extenderse a la espalda.